La primera vez que recuerdo una cámara en mis manos, era una  Fentax con objetivo 2’8/50 de la marca Maybro, verde fosforito con un payaso en su interior.

La pasión por la imagen se manifestó al ver, con 13 años, una fotografía de Robert Mapplethorpe. Me quedé embelesada, observando cada parte de ésa escena. Me resultó cautivadora, sucia y extrañamente atractiva.

Por aquel entonces sólo tenía una pequeña cámara compacta, que me metía en el bolso y sacaba todos los fines de semana. Salgo retratada en pocas fotos de ésa época. La época de los campanolos, las camisetas de licra, los tangas tirachinas y la gargantilla.

Zapatillas Reef.

Me amaba poco.

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